Republic of the Philippines
SUPREME COURT
Manila

EN BANC

G.R. No. 47101             April 25, 1941

GODOFREDO BUCCAT, demandante-apelante,
vs.
LUIDA MANGONON DE BUCCAT, demandada-apelada.

D. Feliciano Leviste, D. Tomas P. Panganiban y Doña Sotera N. Megia en representacion del apelante.
Doña Luida Mangonon de Buccat en su propia representacion.

HORRILLENO, J.:

Este asunto se ha elevado a esta Superioridad por el Juzgado de Primera Instancia de Baguio, ya que solo suscita una cuestion puramente de derecho.

El 20 de marzo de 1939 el demandante inico la presento causa, en la que no comparecio la demandada, no obstante haber sido debidamente emplazada. Por lo que, permitido el demandante a presentar sus pruebas, el Juzgado inferior fallo el asunto a favor de la demandada. De ahi esta apelacion.

El demandante pide la anulacion de su matrimonio habido con la demandada Luida Mangonon de Buccat el 26 de noviembre de 1938, en la Ciudad de Baguio, fundandose en que, al consentir en dicho matrimonio, lo hizo porque la demandada le habia asegurado que ella era virgen.

De la decision del Juzgado inferior se desprenden los siguientes hechos:

El demandante conocio a la demandada el mes de marzo de 1938. Despues de varias entrevistas, ambos quedaron comprometidos el 19 de septiembre del mismo año. El 26 de noviembre de igual año, el demandante contrajo matrimonio con la demandada en la catedrla catolica de la Ciudad de Baguio. Desoues de convivir maritalmente por espacio de ochenta y nueve dias, la demandada dio a luz un niño de nueve meses, el 23 de febrero de 1939. De resultas de este acontecimiento, el demandante abandono a la demandada y no volvio a hacer vida marital con ella.

No vemos razon alguna para revocar la sentencia apelada. En efecto, es inverosimil la alegacion del demandante y apelante que el ni siguiera habia sospechado el estado gravido de la demandada, estando esta, como queda probado, en condicion preñada muy avanzada. Por lo que no ha lugar a estimar el fraude de que habla el apelante. Lo alegado por este en el sentido de que no ses raro hallar a personas de abdomen desarrollado, nos parece pueril para merecer nuestra consideracion, tanto mas cuanto que el demandante era estudiante de primer año de derecho.

El matrimonio es una institucion sacratisima: es el cimiento en que descansa la sociedad. Para anularlo, son menester pruebas claras y fehacientes. En este asunto no existen tales pruebas.

Hallando la sentencia apelada ajustada a derecho, debe ser confirmada, como por la presente la confirmamos, en todas sus partes, con las costas al apelante. Asi se ordena.

Avanceña, Pres., Imperial, Diaz y Laurel, MM., estan conformes.


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